Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en un https://aprilwjhk676418.blogsvirals.com/37389046/crónica-del-incidente-zidane-materazzi